#Narraluz 12

#Narraluz 12

Ya sé que no tienes trabajo.
Ya sé que no te lo esperabas.
Ya sé que nadie te ha enseñado qué hacer ahora.
Ya sé que te hubiera gustado que sucediera de otra manera.
Ya sé que la vida te da un vuelco y que eres muy joven.
Ella será ahora el mayor de tus desvelos.
Con ella aprenderás a esperar. Ella será tu esperanza.
Aprenderéis juntas a vivir.
Ella te demostrará ser el mejor de los imprevistos.
Porque la vida sin vuelcos, plana, no vale la pena. La vida es de los valientes, de los que ven en todo una oportunidad.
Cuando ella nazca y sus ojitos te miren, Dios te hará una visita y todo cobrará sentido.
Un bebé siempre es una buena noticia. Siempre.

 

#Narraluz 11

#Narraluz 11

– No acabo de entender…

– No hay nada que entender. Es parte del misterio…

– ¿Misterio? No te entiendo. No entiendo esa aceptación abnegada de la realidad. El gran drama del mundo acontece cada día y, mientras, Dios observa, como un jubilado más; ahí, apoyado en la valla, en silencio, sin intervenir, dejando que todo suceda sin más. ¡¿Y me dices que es parte del misterio?! Yo no pudo creer en ese Dios inmóvil en el que tú crees.

– Yo no creo en ese Dios que observa del que me hablas. Yo creo más bien en el Dios que espera a que algunos de nosotros alcemos la mirada y vayamos a su encuentro. Yo creo en el Dios de la paciencia inagotable y de la esperanza infinita.

#Narraluz 10

#Narraluz 10

Las cortinas están abiertas y puedo ver, desde mi sillón, los tejados congelados que deja el implacable invierno en la ciudad. Las gaviotas parlotean a lo lejos y la luz claroscura de la tarde inunda mi corazón de una sutil melancolía.

Suena el adagio de «Spartacus» y cada una de sus románticas notas eleva un poquito más mi espíritu. La música es mi merienda favorita junto a una buena taza de café con leche caliente. La escucho sin hacer nada más, con todos mis sentidos abandonados a su enigmático poder. Saboreo la vida a sorbos, satisfecho, y pienso en que, llegado el final, estaré preparado para irme.

Subo el volumen. Llega el clímax mientras la lluvia empieza a golpear los cristales con vehemencia. El día se apaga y yo no estoy dispuesto a perderme ni uno de sus retazos.

Mi mirada se pierde en el tejado más lejano, en la última de sus tejas; lejos. Algún día, me digo, yo formaré parte de esta lluvia, de ese horizonte, de esta música. Entonces, daré gracias por lo vivido y me iré, de puntillas, sin hacer mucho ruido.

#Narraluz 9

#Narraluz 9

Eres mi centro.

Todo lo demás se desenfoca cuando te tengo delante. Atraes lo más profundo de mi mirada y lo mejor que guardo dentro.

Contigo sé lo que significa hacerse grande abajándose. Tú me enseñas a ser plenamente dándome por entera.

Tus manos, pequeñas, tienen todo lo que necesito. Tus pies, inseguros y jugosos, me muestran la senda que quiero caminar.

No hay sonrisa tuya que no quiera para mi, ni abrazo que no valga el mundo entero. No hay gesto tuyo que no me cautive ni tristeza que te afecte que no desgarre mi corazón.

Toma mi mano. Es para ti. Te la regalo. Para cuando tropieces. Para cuando pierdas el equilibrio. Para cuando no sepas por dónde ir. Para cuando necesites levantarte. Para cuando requieras esa caricia que se te niega. Para cuando te hayas olvidado que Dios, como yo, ama como sólo una madre sabe hacerlo.

 

#Narraluz 8

#Narraluz 8

Sábado noche. Sobredosis de decibelios y de alcohol en sangre.
Me preguntaste cómo me llamaba después de comernos la boca de camino al vestidor. No te quise decir mi nombre.
– Llámame «nene» – te respondí.
– ¿Sabes una cosa «nene»? – contestaste ronroneando. – Me gustas mucho…
Nos enzarzamos en un magreo sin fin. Tenerte a mi merced era una droga potente y barata.
Cuando llegué a mi casa, rayando el sol, saboreé el mismo vacío de siempre. Una etapa más en mi huída hacia adelante. Un rollo más. Una noche menos. Un contacto nuevo en el whatsapp con el que disfrazar una soledad insoportable.