#Narraluz 22

#Narraluz 22

Más vivo que nunca. Lleno. Más lleno que nunca.

Ligero como una pluma, sin equipaje. Libre, sin ataduras que valgan.

Mi vida baila al son de trompetas y timbales, llena de energía.

Perdonado completamente. Amado completamente. Salvado por entero.

Más vivo que nunca y preso de una paz sin límite.

Es Pascua.

#Narraluz 21

#Narraluz 21

 

– Consumimos no sólo cosas, ¡también las experiencias!

– ¿Qué quieres decir?

– Pasamos por la vida haciendo, experimentando, viajando, conociendo, probando… Nada nos sacia, nada nos llena, nada nos traspasa… Acumulamos recuerdos y llenamos, inmersos en la algarabía vacía del mundo,  el baúl de las ocasiones perdidas.

– ¿Ocasiones…? ¿Qué ocasiones?

– Las ocasiones que cada día tenemos de abandonar nuestra penumbra y caminar de una vez por todas a la luz de la Verdad.

#Narraluz 20

#Narraluz 20

Hay algo que me quema muy dentro. Es un fuego voraz, vivo… ¡Una hoguera interior! Es más que un deseo y no sé cómo he pasado tanto tiempo viviendo a su vera sin quemarme.

Hay algo que me quema muy dentro. Es un fuego que no se acaba porque se alimenta de lo más profundo de mi ser, de eso inagotable y eterno que Dios me regaló desde el mismo momento en que me soñó. Es la llama que nunca se apaga, la llama que calienta mi alma.

Hay algo que me quema muy dentro. Lo descubrí hace ya tiempo y desde entonces no hay día o noche que no caliente mis manos y mi corazón cuando llegan esos fríos días de invierno…

Hay algo que me quema muy dentro. Una caricia, un susurro, un post-it que no se despega… Es mi vocación. Es la voz de Dios que me dice al oído: «los niños… los jóvenes… pobres… como Calasanz…»

#Narraluz 19

#Narraluz 19

Yo me vendí hace tiempo. Vendí mi alma al diablo. Él llegó a controlar toda mi vida, sentado en el trono de mi existencia. Me susurró las decisiones a tomar, me dijo lo que tenía que decir, los nombres de las personas a las que había que destruir… Vendí mi alma al diablo y éste la compró sin dudar.

Cuando vino a verme no olía a azufre ni sus ojos desprendían las chispas del fuego eterno. No. Su apariencia era sosegada, tranquila, diría que casi familiar. Se mecía despacio, sin prisa y me miraba a los ojos. Me ofreció aquello que yo no tenía, me convenció poniéndome en bandeja aquello que yo más ansiaba…

Vendí mi alma al diablo y, ahora, sólo el perdón luminoso de Dios puede librarme de esta insoportable prisión perpetua.

#Narraluz 18

#Narraluz 18

 

– La veo bailar y me pongo malo…

– ¿Pero tan bien lo hace?

– ¿Bien? Tendrías que verla… Es… es… una diosa. Ha sido dotada para el baile, sin duda.

– ¿Entonces? ¿Qué problema hay en dejar que siga su camino?

– ¡¿Qué problema hay?!  Miro a sus compañeros, a sus amigos, a los padres de sus amigos… veo sus caras y su baba cayendo y… y… ¡me pongo malo! ¡Hay cosas para las que un padre nunca está preparado!